” El cuerpo es la primera y más natural herramienta del hombre”
Marcel Mauss
Resumen
La Antropología del Cuerpo es una área de estudios en proceso de formación y relativamente reciente que empezó a delinearse a partir de la década de 1970, después de un creciente interés por lo corporal en las Ciencias Sociales. Al empezar a reconocer el cuerpo en sus dimensiones culturales e históricas se tuvieron que reformular toda una suerte de teorías sobre la cultura, el sujeto y la experiencia, abandonando la idea de cuerpo como entidad meramente biológica.
Frases como ‘ponerse en la piel’, ‘romper el corazón’, ‘no tener sangre en las venas’, ‘dar la mano’, tan presentes en nuestra lengua, dan cuenta de las dimensiones simbólicas que nuestro cuerpo nos evoca. ‘El hombre es la medida de todas las cosas’ fue una afirmación de Protágoras que contiene una potente carga antropocéntrica y a la vez relativista (cada pueblo actúa como medida de las cosas). La integración del cuerpo como locus de conocimiento puede generar formas de hacer ciencia más vinculadas a la experiencia.
Perspectivas antropológicas sobre el cuerpo
Con la quiebra de la unidad política, espiritual y religiosa en el Renacimiento y el cambio en la concepción del hombre aparece un nuevo problema para las ciencias sociales: el dualismo mente/cuerpo y el hombre sujeto/objeto (Lossada, 2013). Hombre y cuerpo en la racionalidad occidental dejan de ser tratados como una misma entidad. El Carnaval de la Europa de los siglos XV-XVI por ejemplo, era un evento que borraba lo individual, una metamorfosis en la cual la identificación no residía en un sujeto, sino en un tejido hecho de relaciones sociales. Con el cambio de paradigma las ciencias sociales y los diversos estudios realizados se dirigen a deconstruir la idea del cuerpo como mero objeto natural abordado desde la biología, para entenderlo también como construcción sociocultural que responde al contexto (Le Breton).
Durkheim aceptó la sociedad como organismo con su propuesta de solidaridad mecánica/orgánica en su obra ‘La división del trabajo social’ de 1893. Esto es la proyección del cuerpo (cuerpo social) a otros ámbitos. El ensayo de Mauss ‘Técnicas y movimientos corporales’ que presentó en 1935 pretende tomar como objetivo el ‘hombre total’ pero está muy centrado en el uso del cuerpo por parte de las distintas sociedades. Foucault apreció que la focalización en el cuerpo es una posición mucho más materialista que el propio marxismo, que nunca cuestionó el sujeto. Cuando el postulado es que la experiencia autèntica es la que procede del cuerpo (y no de la estructura), el cuerpo se nos presenta como fuente de conocimiento puesto que éste tiene contacto, interacción, emoción.
Desde estos primeros acercamientos teóricos hasta hoy podemos reconocer dos grandes niveles de análisis. El que se refiere al uso representacional del cuerpo como símbolo natural desde donde se piensa la naturaleza y la sociedad, como producto de sistemas simbólicos socialmente compartidos y que aflora con el estructuralismo y el simbolismo. Los principales investigadores que se aproximaron desde este nivel son Lévi-Strauss, Clifford Gertz, Mary Douglas. Mary Douglas en su obra ‘Pureza y peligro’ de 1973 distingue el cuerpo social del cuerpo físico, por lo cual la experiencia física del cuerpo es modificada por categorías sociales. Desde esta perspectiva se considera que la fuerza del sistema social tiene efectos de transformación en el cuerpo en tanto que símbolo, entendiendo el cuerpo como soporte o lienzo para el desarrollo de discursos sociales, normas y control.
El otro nivel de análisis lo encontramos en la perspectiva del embodiment, en la que el cuerpo se concibe activo y transformador. Esta nueva formulación irrumpe con fuerza en las Ciencias Sociales desde Foucault. A través de la incorporación o ’embodiment’, penetran las representaciones sociales, así el cuerpo encarna cosmologías y es considerado un agente social activo.
De todas formas, las propuestas que han tratado de dar centralidad a lo corporal llevan implícitas un fuerte compromiso político. Todas ellas han buscado resaltar el valor de lo corporal desafiando así las lógicas de nuestro pensamiento occidental, pensamiento que sigue legitimando la gran mayoría de desigualdades que existen en el mundo y que nos preocupan en gran manera a los científicos sociales.
Simbolizando el cuerpo. Pars pro toto.
Los símbolos no son arbitrarios y las sociedades humanas han encontrado en el cuerpo la materia más próxima para cargarla de significados. Así las acciones al cuerpo (o a una parte de él) son un modo de otorgar significados.
En la Edad Media se creía que al hechicero le bastaba con un mechón de pelo, un esputo, o cualquier resto orgánico para poder operar con la totalidad del cuerpo. El Pars pro toto es una noción que se materializa en las prácticas ritualizadas, operando con fragmentos para así abarcar la totalidad.
En la concepción antropológica el ritual del cabello está lleno de potencial mágico. Se dan contextos concretos de prácticas rituales al cabello por cuestiones de luto, de asesinato, de incesto. La etnografía revela una distribución de los rituales del cabello por todo el mundo. En 1886 el antropólogo G.Alexander Wilken publicó un trabajo sobre el peinado en que pueden distinguirse dos tipos de comportamiento ritualizado: cortado o desaliñado. Para el reconocido psicoanalista Dr. Charles Berg el primero responde a una castración simbólica y el segundo a un repudio ascético del sexo. Berg tomó notas de fuentes antropológicas y folklóricas en busca de respaldo para su material clínico para llegar a la conclusión de que el arreglo del cabello es un asunto de elaboración ritual y el cabello un símbolo universal de los órganos genitales y cortarlo puede ser entendido como una castración simbólica. La propia interpretación que hace del tratamiento del cabello de los isleños Trobriand se aleja bastante de la que notó el antropólogo de los argonautas del pacifico occidental. Para Bronislaw Malinowski el rasurado completo del cabello era una expresión de luto por la pérdida de la persona amada. Berg señala que al ser solo los parientes políticos y vecinos los que ‘llevan el luto’ y no los parientes cercanos, es más probable que se trate de una obligación social para demostrar que no tienen nada que ver con esa muerte.
El antropólogo Reo Franklin Fortune que estudió el pueblo Dobu de Papua Nueva Guinea, observó que el cuidado del cabello es un servicio recíproco entre marido y mujer, intimamente vinculado con las relaciones sexuales. Un adúltero cortará el pelo de la mujer con quien cometió adulterio si desea hacer público el asunto y desafiar al esposo engañado.
Por su parte Daryll Forde, en su estudio sobre los Yakö de África Occidental observa una estrecha relación simbólica entre rasurar y clitorictomia y entre crecimiento de cabello y embarazo. Marjorie Topley observa en la comunidad china budista de Singapur un rito de matrimonio entre mujeres del mismo orden en que se peinan mutuamente. Cuando la mujer alcanza la total abstinencia sexual recibe el estatus de ‘autopeinadora’.
El cabello es solo una parte del cuerpo cargada de significados, de hecho, las prácticas ritualizadas y públicas de agresiones al cuerpo son comunes en muchas sociedades y en ocasiones franquean las fronteras de la carne. Pero por lo general, desde la disciplina se ha tendido a clasificar en una misma categoría los rituales de limpieza del cuerpo sucio, el corte de cabello, la circuncisión, las sangrías, como ritos de separación del individuo sacralizado.
Conclusiones
Gran parte del trabajo de los antropólogos sociales está relacionado con la interpretación de la conducta simbólica, que manifiesta emoción y altera el estado de los hechos. La modificación del cuerpo es el medio cultural de comunicación de identidad personal y social en la construcción del individuo como actor social y sujeto cultural.
Dar centralidad al cuerpo como objeto biopsicosociocultural nos muestra a otros sujetos invisibilizados por nuestra racionalidad occidental, emergiendo nuevas formas de ciencia imbricadas en la experiencia, dado que el cuerpo es sujeto y objeto a la vez. La Cultura también son las manipulaciones de y sobre el cuerpo.
Bibliografía:
-Lossada, Fernando., 2013. Sobre la Antropología del cuerpo. Fermentum. Vol.23. Núm 67
-Le Breton (2002) Antropología del cuerpo y modernidad nueva visión. Argentina.
– Le Breton (2019). La piel y la marca. Topía Editorial.
-Leach, R,Edmund. Cabello mágico. Alteridades vol.7 núm 13
-Velasco, Honorio. Sama, Sara. (2019) Cuerpo y espacio. Símbolos y metáforas, representación y expresividad en las culturas. Editorial Universitaria Ramon Areces. Madrid.