“cuando dos elefantes luchan es la hierba la que sufre’’
Introducción
La finalidad principal de este pequeño artículo es dar a conocer el trabajo que se realiza desde Kokoriko Foundation, una organización sin ánimo de lucro fundada por artistas de República Democrática del Congo. Conoceremos un poco sobre uno de sus fundadores y cómo a través de la danza y su enseñanza busca sensibilizar y transformar a las comunidades azotadas por los conflictos de la zona. Con una breve pincelada de los antecedentes del actual y crudo conflicto buscamos visibilizarlo y a la vez responder a su grito de ayuda a través del GoFound de la organización.
Kokoriko Foundation
Se trata de una organización sin ánimo de lucro con sede en Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, en el este del país y en la frontera con Ruanda. La organización está formada por artistas locales voluntarios que actúan en comunidades desplazadas que se encuentran en campos de refugiados, dirigiendo la mayor parte de su trabajo a niños y niñas huérfanos.
En los talleres que organizan se enseña danza, teatro y música y se busca acercar el arte, como forma de expresión y resistencia, a todas las personas. A la vez se quiere fomentar la idea sobre la importancia de la sanidad pública, el acceso al agua y los derechos humanos de los que se ven privados.
Con la exploración del cuerpo como agente social activo, y la enseñanza artística se pretende sensibilizar y transformar las comunidades más vulnerables. De la misma manera se busca aliviar el sufrimiento del dia a dia en los campos de refugiados aportando momentos de alegria y diversión.
Mulindwa Zihindula François, uno de sus principales fundadores, es un bailarín profesional que a través de la danza contemporánea y la performance explora temáticas sociales profundas como la vulnerabilidad de las personas y la resiliencia de las comunidades marginalizadas.
Debutó en las calles de Goma practicando el hip-hop, fundando sus propios colectivos de danza tales como Freedom Dance o United Dance Crew. En 2019 obtuvo una residencia artística en el Festival Bahimba (Uganda) presentando la pieza Des Opprimés.
Al regresar a su país natal se encuentra con una situación crítica y es cuando empieza a dar forma al proyecto Kokoriko. Combinando el arte con la acción social, busca a través de sus talleres, curar y transformar las comunidades atrapadas en los continuos conflictos, utilizando el cuerpo y el movimiento como una herramienta educativa y sensibilizadora.
A través de la danza se carga el cuerpo de significados, con un lenguaje no verbal que constituye formas diversas de estar en el mundo, de narrarlo, de posicionarse en él. Con la incorporación o ’embodiment’, penetran las representaciones sociales y el cuerpo es considerado un agente social activo.
Así las propuestas que han tratado de dar centralidad a la injusticia en lo corporal llevan implícitas un fuerte compromiso político social, que reivindica justicia y conciencia social.
La guerra silenciada.
En el territorio de RDC existen numerosos e importantes yacimientos de recursos minerales. El afán para conseguirlos ha generado terribles masacres, una de las más grandes crisis humanitarias actuales y de las más silenciadas. Con el desarrollo tecnológico la situación se ha ido agravando y estas materias han pasado a ser fundamentales para la industria nuclear, aeroespacial, quirúrgica, y de la comunicación.
Tras su terrible y cruel pasado colonial bajo dominio belga y tras los años de inestabilidad política después de la independencia en 1960, se proclama Jefe de Estado Joseph-desiré Mobutu, previo golpe de estado apoyado por la CIA.
En 1996 EEUU patrocina la invasión de RDC por parte de los ejércitos militares de Ruanda y Uganda, ocupando las principales y más estratégicas zonas mineras (diamantes, cobalto, oro, litio y coltan entre otros) y en 1998 estalló la guerra. En el 1999 la ONU crea una Misión de Mantenimiento de la Paz (MONUC) y en 2006 Josep Kabila es elegido presidente en las primeras elecciones democráticas y hace un llamamiento a los grupos armados a desmovilizarse y unirse a las Fuerzas Armadas Congoleñas (FARDC), pero de hecho hoy la guerra se libra entre algunos de estos grupos armados y milicias como el M23 (una de las principales milicias formada por congoleños de la etnia tutsi apoyada por el Gobierno Tutsi de Ruanda) y el Ejército.
El impacto en la población ha sido y es inmenso, en una población principalmente rural, con economías de subsistencia, obligada a abandonar todo lo que tiene y a desplazarse continuamente. Matanzas, niños soldado, miles de mujeres y niñas sometidas a muchos tipos de violencias durante las operaciones militares por el territorio.

Gobiernos de otros países, multinacionales y medios de comunicación han ocultado esta guerra o la han justificado y reducido a conflictos étnicos. Pero quienes financian el conflicto y arman a los grupos rebeldes y ejércitos vecinos están meramente interesados en controlar las codiciadas minas (se estima que cerca del 80% de las reservas mundiales de coltán se encuentran en RDC).
Estas materias son extraídas de las minas por presos, prisioneros de guerra o niños, que se encuentran en condiciones de semi-esclavitud, vigilados por hombres armados y en constante contacto con materiales radiactivos, que una vez extraídos son transportados a los puestos comerciales clave, principalmente a través de Ruanda, donde lo adquieren mercaderes extranjeros y lo exportan a potencias de occidente para responder a su frenético consumismo.
De todas formas es evidente que no son sólo los actores internacionales los responsables de la continuidad del conflicto, sino que la consecución de gobiernos corruptos sigue propiciando este escenario político-social inestable que permite seguir con la extracción ilegal e impune de los recursos naturales y la explotación de la población.
Conclusiones
La violencia endémica que la población congoleña sufre desde hace décadas parece imposible de erradicar sin reforzar las instituciones del país y trabajar contra el problema de los minerales en conflicto.
Se hace necesaria una cadena de suministro transparente que asegure los espacios mineros, revisar la gobernanza de las minas y del comercio, así como mejorar las opciones de sustento para las familias. De igual forma se nos hace imprescindible revisar el consumo y por tanto la participación y responsabilidad individual para proteger y cuidar los recursos, la naturaleza y todas las personas y los seres vivos de la Tierra.
Organizaciones como Kokoriko Foundation funcionan como redes informales de ayuda intentado aportar conciencia, resiliencia y diversión pero también alimentos y materias básicas para la subsistencia de las personas desplazadas y refugiadas.
Colabora a través de Go found Campaña de Kokoriko Foundation : ResponseAbility goes on! War in Congo DRC
Para saber más:
Kokoriko Foundation Visite youtube