Antropología Cognitiva y simbólica: decodificando la mente humana.

Antropología Cognitiva y simbólica: decodificando la mente humana.
Rostro de escayola ©

Un interés muy lejano

El interés por el funcionamiento de la mente humana viene de lejos, de hecho Platón ya afirmaba la existencia de conceptos innatos  siglos antes de que Chomsky afirmara la existencia de reglas lingüísticas innatas. Leibniz y Descartes consideraban que había conceptos que no se aprenden y que forman parte de la estructura mental. Los empiristas, Locke y Hume por el contrario, pensaban que los conceptos proceden y se adquieren de la experiencia sensible. Los intentos de aproximación al conocimiento de nuestra mente a lo largo de la historia convergieron en el siglo XX en lo que hoy llamamos las Ciencias Cognitivas. Sus orígenes intelectuales fueron un compendio de teorías de la mente provenientes de investigadores de distintos campos (filosofía, psicología, neurociencia, antropología, lingüística, inteligencia artificial). Las diversas ciencias con ese interés común, se consolidan institucionalmente en los años 70 fundando la Sociedad de Ciencias Cognitivas en EEUU y difundiendo esta rama de interés a través de la revista científica Cognitive Sciencie. Enseguida las universidades crearon formaciones académicas con un alumnado de ‘procedencias’ muy diversas (Thagard,2008). 

Desde la Antropología abordamos este campo de estudio a través de la Antropología Cognitiva y Simbólica que estudia la relación entre el lenguaje, la cultura y el pensamiento pasando por el análisis de los símbolos y las representaciones que guían nuestros sistemas de valores, pensamientos y acciones. Sin duda, nuestra disciplina se nutre de los aportes de todas las ciencias cognitivas, aportando cada una sus propios métodos para abordar de una forma interdisciplinar la misteriosa mente humana.

Evolución cerebral y Procesos químicos 

Las capacidades humanas se desarrollaron en tres etapas relacionadas con estadios de crecimiento del cerebelo: la primera en el transcurrir del final del Plioceno hasta el inicio del Pleistoceno que se caracteriza por el uso de tecnología lítica y un comportamiento dirigido a fines; la segunda etapa se desarrolló en el Pleistoceno medio y final con un aumento de las capacidades de aprendizaje y expresión del comportamiento simbólico; y por último la que abarcó el final del Paleolítico y el principio del Holoceno caracterizada por una diversificación de las actividades que requerían complejidad social y cognitiva. Es posible que la capacidad cognitiva evolucionara para poder manejar una, cada vez más, complicada vida social con intercambios, conflictos, deseos, alianzas y comprensión de las necesidades del otro.

Desde la Neurobiología se considera que hay un patrón común de maduración cerebral para todos los miembros de una misma especie, pasando por diversos procesos. En los humanos la Neurogénesis se produce durante el desarrollo embrionario cuando las neuronas corticales se desarrollan a la décima semana de gestación. La Sinaptogénesis es otro proceso relacionado con la conectividad neuronal, intercambios químicos y eléctricos  que dan origen a la estructuración del cerebro, poco antes del nacimiento. La Mielinización engloba los procesos de recubrimiento de neuronas y axones para incrementar sensibilidad velocidad y conectividad y tiene lugar desde los primeros meses de vida hasta adolescencia. Por último, la Plasticidad neuronal como la capacidad del cerebro para reconstruirse. Todos estos complejos procesos ayudan a conformar el desarrollo y funcionamiento del órgano más complejo del cuerpo humano. Estudiar e investigar sus capacidades, estructuras y potencialidades no puede tener nada de simple.

Ciencias cognitivas

A comienzos del siglo XX empiezan a desarrollarse nuevas tendencias de estudio que surgieron como subramas de la disciplina antropológica y que mostraban interés por conocer los mecanismos de la mente humana en relación con otros procesos. 

Las ciencias cognitivas actualizaron el Neo-evolucionismo, que se ocupó de la evolución del cambio social pero descartando ideas como el determinismo e introduciendo la probabilidad como variable. Wilhelm Wundt, investigador de la psicología moderna, y otros científicos sociales estudiaron la función de las imágenes en el pensamiento, sugiriendo que no podía haber pensamiento sin imágenes. El conductivismo se alejó de las representaciones mentales y las imágenes y no fue hasta la década de 1960 que con la psicología cognitiva, las imágenes mentales volvieron a ser objeto de investigación. Lo cierto es que la realidad psicológica se convirtió en un asunto central para la Antropología Cognitiva, que supuso entre otras cosas la distinción emic/etic, por lo tanto, la introducción del interés en la mente del nativo, sus símbolos y representaciones.  

Más adelante aflora la idea de la existencia de módulos mentales, como señaló el lingüista americano Noam Chomsky y que expuso en su trabajo ‘Syntactic Structures’ (1957) que asume la existencia de dispositivos cognitivos específicos genéticos que delimitan las variedades cognitivas posibles de la especie. Este postulado fue demoledor para las teorías lingüísticas y psicológicas al cuestionar las propuestas centrales del estructuralismo y la psicología conductista, ya que se asume la existencia de módulos que encapsulan información y que pretenden una universalidad de los principios generales abstractos de la gramática en la especie humana.

La Antropología Cognitiva,  también conocida como Etnociencia o Nueva Etnografía, se ha centrado sobre todo  en categorías lingüísticas para entender los sistemas de clasificación cultural, asumiendo que cada grupo tiene su sistema para entender el mundo y este conocimiento cultural puede ser revelado a través de la lengua. Así, un análisis de la lengua y sus significaciones etnosemánticas, implica la concepción relativista de categorías culturales, alejándose del etnocentrismo, esto es, rechazando la superioridad y criterio exclusivo de la cultura occidental.

Actualmente, dentro de la Antropología Cognitiva y Simbólica hay dos grandes líneas de investigación. La primera  gira alrededor de los significados y analiza cómo se aprenden y se organizan ( centrada sobre todo en el estudio del significado, contenido, lógica y estructura de los símbolos). La segunda línea de exploración es la que estudia las funciones del símbolo, funciones que pueden ser sociales, políticas, religiosas y que comprende una dimensión instrumental. 

Símbolo: objeto de estudio 

Un símbolo es cualquier cosa a la que el grupo asigna un significado y compartirlos puede ser considerado como uno de los mayores vínculos culturales: la comunidad que comparte símbolos comparte lealtades. 

Todo comportamiento humano se origina en el uso de símbolos, es por eso que se puede considerar que el símbolo nos hizo humanos,  ya que las civilizaciones se han generado y perpetuado por el uso del símbolo al ser el mismo comportamiento humano simbólico (Bohannan, Glazer:2007). El símbolo se concibe como un objeto capaz de sustituir la realidad, construido culturalmente y sujeto a procesos sociohistóricos y resulta esencial para las culturas como vías de comunicación y vínculos culturales. La mayoría de los mensajes humanos se crean y se reciben por medio de símbolos, y hay que  diferenciarlos de los signos: un signo es cualquier cosa que permite a una persona o animal inferir la existencia de aquello que está percibiendo (huellas, olor); el símbolo es algo a lo que el grupo ha asignado un significado arbitrario que puede no tener conexión con el objeto en sí.

La Antropología Simbólica es entonces el enfoque que considera la cultura un sistema de símbolos y significados compartidos, y se ocupa de los aspectos encubiertos metafóricos y llenos de sentido analizando arquetipos, representaciones, signos, símbolos y su significación.  

Considerando el lenguaje como el medio primario de comunicación cultural, al convertir los sonidos en símbolos de significado, el planteamiento evolucionista sobre el origen del lenguaje propuesto por Rosseau considera tres estadios exigidos por la extensión y manipulación de las ideas a comunicar: el grito instintivo, los gestos expresivos, sonidos imitativos y onomatopeyas, y por último el estadio de articulación de la voz. Lévy-Strauss consideró Rousseau un iniciador de la Antropología por vincular el origen del lenguaje y sociedad y las funciones sociales de este, con un tratamiento holístico del problema.  La Etnolingüística entendió el lenguaje en sus relaciones con el conjunto de la vida cultural. Durante los años veinte del siglo XX los lingüistas americanos descubrieron la riqueza y complejidad de las lenguas indias, que hasta entonces se había tendido a olvidar, ya que estudiaban actividades económicas y culturales sin mencionar el vocabulario utilizado, ignorando su función social. Edward Sapir subrayó los lazos del lenguaje con el conjunto de la vida cultural reduciendo la distancia entre estudios lingüísticos y las investigaciones etnográficas, elaborando a partir de 1925 una teoría que se esforzó en alumbrar la influencia de los modelos sociales sobre las estructuras lingüísticas y a la inversa, la de categorías gramaticales sobre conceptos culturales. Integró las enseñanzas de Freud señalando que los modelos culturales , la conducta, el arte y la historia son una red de símbolos nacidos de la necesidad de establecer relaciones significativas entre los humanos.

El análisis etnográfico puede exponer las complejidades de los símbolos de las culturas que se estudian y requiere de una ‘traducción’. El poco interés por las cuestiones del lenguaje y del significado hasta medianos del siglo XX banaliza el concepto de ‘traducción cultural’. Si bien Malinowsky escribió mucho sobre el lenguaje primitivo, nunca concibió su trabajo en términos de ‘traducción’ de la cultura (Fernández, 1999).  La obra paradigmática que produjo la escuela de Oxford centrada en el problema de la traducción es ‘Other Cultures’ de John Beattie publicada en 1964, en que se manifiesta la necesidad de una coherencia para la traslación cultural.

Benjamin Lee Whorf, preocupado por la coherencia y  fidelidad de las traducciones culturales, denominó a las lenguas de los investigadores por las iniciales SAE, a pesar de que entre ellas también existen muchas diferencias. Este investigador asume que la cuestión de la traducción es un asunto complejo pues entre las lenguas SAE y otras lenguas hay categorías gramaticales muy dispares, debiendo asumir una relatividad lingüística. Esto no significa negar la posibilidad de traducción, al ser no sólo una cuestión lingüística sinó también cultural. Whorf distinguió tres clases de traducciones: oficial, literal e interpretativa. Es esta última que nos permite alumbrar los elementos psicológicos y culturales y que requiere explicaciones de los informantes, conocimiento sobre los contenidos etnolinguísticos (experiencia, metafísica y mentalidad del nativo).

 Un ejemplo etnográfico de las dificultades de la traducción lo encontramos en la experiencia de Laura Bohannan que quiso contarles al pueblo Tiv de África Occidental la narración de Hamlet, que estuvo constantemente interrumpida por preguntas de los asombrados oyentes. ¿Cuántas esposas tenía el jefe muerto? ¿Quién cuida sus tierras? Bohannan tuvo que hacer peripecias y muchos esfuerzos para traducir Hamlet a una versión inteligible para los Tiv. 

Los símbolos abarcan muchos significados, es por ello que son tan complejos. También son poderosos,  puesto que pueden comunicar todos los significados a la vez, y de alguna forma hacen que la complejidad parezca sencilla. 

Principales críticas

Las principales críticas a la Antropología Cognitiva y Simbólica parten de la idea de la infravaloración del componente sociocultural en la construcción del conocimiento, además que se considera una falacia pretender demostrar que a través de la entrevista se puede extraer la gramática de un contexto cultural concreto.  Se critica la sobreatención a los aspectos inmateriales de la cultura, considerándose que hay que analizar otros elementos y procesos. Las críticas a la teoría modular de la mente parten de la detección del etnocentrismo en la concepción de sus bases teóricas, asumiendo una ‘gramática universal’ dada por una supuesta  ‘geografía cerebral’ compuesta por módulos y que no tiene fundamentación etnográfica. Un ejemplo que desafía los presupuestos de la gramática universal de Noam Chomsky, bajo la cual se han basado los lingüistas contemporáneos, son las observaciones de Daniel Everett (profesor de fonética y fonología en la Universidad de Manchester) sobre la pequeña comunidad brasileña Pirahâs, que no utilizan números, ni tiempos verbales, ni colores, y que cómo lenguaje no genera recursividad, por lo tanto no hay capacidad de abstracción, de inventiva, ni de generación de ideas más allá de la experiencia. Everett asume que la lengua Pirahâ no se puede considerar un lenguaje primitivo, simple, ni sus hablantes un pueblo con capacidades intelectuales limitadas, pues poseen una morfología verbal muy compleja. 

Conclusiones

La socialidad humana se basa en un mundo simbólico de reglas, valores y convenciones en el contacto con los demás. Los seres humanos son agentes activos de grupos y redes con capacidades para la acción, la comunicación, la representación, permitiendo reorganizar y recrear subjetiva y colectivamente parte del proceso de construcción de sus condiciones de existencia. 

La Antropología Social y Cultural a través de su método etnográfico que implica convivir, interrelacionarse con el ‘nativo’ para acercarse a su universo social y simbólico, comprenderlo y traducirlo, se ha aliado con las otras disciplinas de investigación social, neurológica y de computación,  para un trabajo de investigación interdisciplinar y a la vez se relaciona con otras subdisciplinas como la Antropología de la Religión o la Antropología del Cuerpo.  Todos los aportes de las distintas Ciencias Cognitivas y sus respectivos métodos son un paso más en la revelación del funcionamiento de este gran y complejo objeto de estudio. Sólo con el trabajo conjunto de varias disciplinas podremos llegar a revelar los misterios de nuestra mente.

Bibliografía

-Bohannan, Paul y Glazer Mark 2007. Lecturas antropología. McGraw Hill. Madrid.

-Bohannan, Paul.2009. Para raros nosotros. Akal. Madrid.

-Fernández, Oscar. 1999. La traducción cultural en Antropología. Universidad de León. Livius.

-Lakoff, George y Johnson Mark.2009. Metáforas de la vida cotidiana. Ed Catedra. Madrid

-Thagard, Paul. 2008. Introducción a las ciencias cognitivas. Katz editores.

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